Podemos entender las artes comunitarias como una corriente
de prácticas artísticas, que desde los años 60, fruto de los movimientos
sociales como el feminismo, el ecologismo y las políticas de identidad,
desarrollan sus procesos culturales en relación a una comunidad específica con
el objetivo de generar algún tipo de transformación social o cambio.
Por su parte, como prácticas colaborativas, o prácticas de
arte colaborativo encontramos un sinfín de prácticas culturales, donde el
énfasis se centra en entender el formato de la colaboración, es decir el
trabajo conjuntamente en algo. En este sentido las prácticas colaborativas se
centran en entender los modos de colaboración y negociación cuanto entran en un
mismo escenario social trabajadores culturales (ya sea artistas visuales,
cineastas, documentalistas, arquitectos, diseñadores, etc.) y diversos
colectivos y redes locales (las comunidades) que durante un tiempo y espacio
comparten unos temas y generan una serie de procesos sociales.
Ejemplos:
“The Great Wall”, el mural coordinado por la artista Judy Baca
en Los Ángeles a lo largo del canal de control de la corriente del río Los
Ángeles que comenzó en el año 76 y que continúa en proceso, llevado a cabo por
cientos de adolescentes de distinto origen cultural. Proyecto en el colaboraron
políticos locales, ingenieros, profesores, antropólogos, bandas de
adolescentes, entre otros y que pretende reflejar la Historia no blanca de Los
Ángeles representando las luchas y las aportaciones realizadas por la población
indígena, las minorías inmigrantes y las mujeres, desde la prehistoria hasta
los años 50.
Judy Baca fue directora durante varios años del Citywide Murals,
un centro en Los Ángeles encargado de promocionar y coordinar la realización de
estos murales comunitarios. La artista describe así el proceso que ella
supervisaba desde ese puesto: comienza cuando recibimos una llamada de un
profesor, de un artista local, o incluso de un miembro de una banda local que
nos indica que existe un interés por realizar un mural y que desean organizar
un equipo para llevar a cabo el trabajo. Normalmente el artista indicado
presenta sus bocetos en una reunión con el grupo. Los residentes normalmente hacen
sugerencias en relación con la temática, y el artista va incorporando las
modificaciones sugeridas a sus bocetos. Copias de los bocetos son exhibidas en
espacios públicos para dar a las personas la posibilidad de pensar en ellos y
proponer cambios. La elaboración final implica normalmente la colaboración con
diferentes grupos de personas del barrio.
El artista describe así su obra “Las esculturas de ‘Rhythms
of Life’ son metáforas optimistas del eterno ciclo de la vida y la
regeneración, que expresan o sugieren la lucha y la introspección humana. Los
geoglifos abarcan una amplia visión cultural que relaciona la memoria y
símbolos derivados de antiguos petroglifos, pinturas y leyendas de diversas
regiones; señalan el tiempo y amplían la historia hacia un futuro lejano,
mientras ahondan en las profundidades de nuestro patrimonio en la búsqueda de
lo espiritual.”
Otro ejemplo es el “Heidelberg Project” del artista Tyree
Guyton, y su abuelo Sam Mackey, residentes desde siempre, de la calle
Heidelberg, se propusieron recuperar su degradado y peligroso barrio de
Detroit, Estados Unidos, a través de intervenciones artísticas puntuales de
bajos costos. Siguiendo esa premisa, comenzaron por limpiar las casas, para
luego pintar puntos de colores en las fachadas de algunas de ellas, y poco a
poco el barrio fue cobrando vida.
Los vecinos de la zona se emocionaron con los efectos del
trabajo, y quisieron ser también protagonistas del proceso de cambio. Adultos y
niños comenzaron a aplicar su creatividad para transformar los desechos
producidos en la zona, en cosas increíblemente originales: carritos de la
compra colgados de los árboles, coches abordados por peluches-piratas, un
jardín-huerto de aspiradoras de colores, elementos que se convirtieron en parte
del paisaje común del lugar. En dos ocasiones, el gobierno de la ciudad quiso
demoler el arte, pero este oasis de creatividad sigue sobreviviendo, gracias a
la perseverancia del artista.
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